Plataforma Laboral Life
La comunicación es la mejor tecnología existente. Es una tecnología punta. Para conseguir tener el efecto adecuado que es llegar, necesitamos que ésta se base en el respeto, el afecto y la confianza.
1.- >Respeto es una actitud que favorece las relaciones interpersonales adecuadas y satisfactorias. Además, el respeto es la actitud necesaria para convivir sin conflictos, aceptando las diferencias entre las personas. Y el respeto se muestra desde la empatía, es decir, desde la actitud comunicativa que demuestra que sabemos, aceptamos y respetamos como es la otra persona, aunque podamos no compartir sus decisiones, opiniones o comportamientos.
2.- El afecto no es más que un estado anímico general compuesto por un conjunto de emociones positivas. Estas emociones nos van a reportar múltiples beneficios a todos nosotros. Tanto es así, que está demostrado que las emociones positivas cuidan de nuestra salud, mejoran la percepción que tenemos de nuestro cuerpo y contribuyen a que nuestras relaciones sean más fuertes y placenteras. Los principales componentes del afecto positivo son la alegría, el buen humor, el optimismo, el entusiasmo y el amor, entre otras. Además de los beneficios para nuestra salud, va a fomentar que tengamos unas relaciones sociales más satisfactorias, porque experimentar afecto positivo va a hacer que pongamos en marcha facilitadores sociales de comunicación. También vamos a favorecer la confianza y la cooperación con los demás, así como la generosidad.
3.- Y la confianza que es el “pegamento” de la vida y de todas las relaciones. La confianza es el eslabón de acero que consolida toda relación significativa, ahí donde las personas se regalan las mejores amistades, amores o relaciones partiendo siempre de la integridad y la coherencia. Pocas dimensiones psicológicas son tan vitales, tan nutritivas a la vez que complejas como el permitirnos confiar en alguien, como depositar parte de nosotros mismos en otra persona. La confianza es una actitud hacia la vida, por tanto, la confianza NO da asco, ya que necesitamos confianza. Todos hemos experimentado en primera persona las emociones que emergen de una decepción. Sabemos qué sabor tiene y por qué nuestro cerebro interpreta esta falta de armonía como una quemadura, como el quebranto a un bien precioso que concebíamos como irrompible y perdurable. Es común sentirnos humillados y peor aún, pensar que semejante agravio es responsabilidad nuestra por haber confiado. El error nunca estará en quien confía, porque esa es nuestra naturaleza, porque confiar es una necesidad instintiva de nuestro cerebro. El error, el auténtico agravio está en quien traiciona, porque nada es tan ofensivo como romper los lazos sociales por beneficio propio, nada es tan ilógico como ir en contra de uno de los principios más básicos de la humanidad, como es la convivencia, el respeto al grupo y a quienes confían en nosotros. La confianza es un modo de responder, una actitud hacia el presente que nos permitirá llegar hasta un futuro más feliz, más libre, más íntegro. Y con ello, trabajaremos la comunicación de modo que sea cada vez más, la tecnología punta que necesitamos.
En este entorno, la clave es trabajar lo que hacemos y decimos (con coherencia entre lo que digo y lo que hago) y sobre todo como lo hacemos y como lo decimos (con coherencia entre lo que digo y como lo digo). Todo ello ayuda a que la comunicación sea de alto valor, con tecnologías o sin ellas. Y SI con respeto, afecto y confianza. Así se consigue llegar a la estación de destino . No solo decir, no solo salir de la estación. ESA ES LA CLAVE DE LA COMUNICACIÓN: tener algo (en singular, pocos mensajes) que decir. Y a partir de ello, DECIRLO (con respeto, con afecto y generando confianza, con mensajes repetidos y repetidles, cortos y breves, sencillos y ordenados, concretos y simples, además de sugerentes).
Para ello, es necesario tener claro que la mejor improvisación es la cuidadosamente preparada: prepáratelo y créetelo. Hay que pensar los temas que queremos que estén presentes en el debate. Y trabajar de forma clara, que ayude a conseguir los objetivos.
Como ha dicho Antonio Gutiérrez-Rubí, la crisis de la covid-19 ha cuestionado profundamente las tradicionales fuentes de inspiración y de ejecución de la comunicación y lo que funcionaba —o parecía que así era— ha dejado de ser eficaz y descubrimos que esta crisis también nos ha desnudado, nos ha transparentado frente a los demás, nos ha dejado en evidencia. Y además nos ha planteado que es necesario que se vuelva a valorar lo auténtico, lo sincero, lo genuino, por un lado, cayéndose las máscaras, los accesorios, lo superficial por otro, y emergiendo como colofón, la comunicación clara, la comunicación honesta, la comunicación casi sin filtros.
Y todo ello, poniendo h-alma a la vida, poniéndole mejor dicho, h-alma, corazón y vida a los proyectos que ponemos en marcha, lo cual implica un cambio en las formas de hacer y de pensar. Y eso ayuda a mejorar la comunicación.
Joan Carles March Cerdá
Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública