TODOS JUNTOS VALEMOS MÁS

Nada nuevo en el horizonte si decimos que asistimos a tiempos convulsos de grandes, acelerados y complejos cambios que no sabemos hacia dónde nos pueden llevar. Dos son los grandes retos a los que nos enfrentamos en la actualidad: el uso de las IA y la sostenibilidad como forma de vida por adoptar.

La mayor esperanza que tenemos los humanos es trabajar de forma comunitaria y colectiva como siempre ha sucedido a lo largo de la historia. No existe mejor garantía para enfrentarnos a la incertidumbre que hacerlos con otros.

La responsabilidad y el compromiso es bidireccional entre los trabajadores y la organización. Necesitamos que las empresas construyan de forma fehaciente una cultura colaborativa en sus relaciones, abierta en sus enfoques y efectiva en su comunicación.

Imprescindible resulta también favorecer un ambiente laboral en el que los valores formen parte de su saber hacer: se tienen que percibir, sentir y compartir entre las personas de la organización. Somos las personas cuando trabajamos quienes les damos contenido, intención y sentido.

Igual de necesario es que los líderes sean realmente constructores de relaciones de confianza y colaboración entre los miembros de su equipo para buscar los mejores resultados desde el reconocimiento de su valor como personas únicas y diversas.

Nunca olvidemos que el futuro se construye paso a paso. Se lleva la polarización, pasamos del catastrofismo más absoluto al de “si quieres puedes” con modelos de éxito en los que nos cuesta reconocernos y por tanto sentir la confianza necesaria para afrontar lo que sucede.

No permitamos que nos roben la esperanza. Las personas somos mucho más que el peor de los augurios, podemos seguir avanzando si somos conscientes de nuestras fortalezas:

- Practiquemos el pensamiento crítico. Porque hace que las personas seamos capaces de valorar de manera objetiva y rigurosa la información que gestionamos a diario. Es una habilidad mental (Todos podemos entrenarla) que nos posibilita tomar las mejores decisiones basadas en su utilidad y relevancia.

- Busquemos aprender de todo y con todo. Mantener siempre vivo el interés por aprender y por ser mejores. Eso es nuestro y nadie nos lo puede quitar. Nos hace más competitivos, pero también más conscientes de nuestras posibilidades y sin nuestro permiso nadie nos puede anular.

- Trabajemos de forma comunitaria. Construyamos relaciones de valor con los compañeros, seamos honestos, compartamos lo que sabemos, ayudemos y reconozcamos a los demás, apoyemos la diversidad sin fisuras. Recordemos que ser único y ser social no son contrarios, sino complementarios.

- Seamos personas que trabajan con integridad. Poniendo a la misma altura ser honesto que ser productivo. Porque ambas cuestiones forman parte de nuestra identidad como personas.

- Trabajemos con propósito. Deseemos y busquemos entre todos como dejar nuestra mejor huella. Somos mucho más cuando somos con otros en el trabajo y en la vida.

Más allá de lo que pasa, más allá de los líderes, de las culturas de las empresas nos hallamos las personas- Es fundamental el cuidarnos entre nosotros porque esa es nuestra fortaleza y lo que siempre nos hizo superar obstáculos y adaptarnos a cualquier circunstancia.

La cohesión social, el sentido de pertenencia, la autoconfianza colectiva aparece cuando todos buscamos el bien de las personas que tenemos a nuestro lado. Recordemos que las personas también somos parte activa en el fomento del bienestar social y laboral en las empresas.

Porque como decía Martin Luter king: “Siempre estamos a tiempo para hacer lo correcto”.

Ángela Moreno
(Antropóloga)