Plataforma Laboral Life

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Fortalecer nuestra RESILIENCIA

Todas y todos pasamos días de adversidades y cada una de estas situaciones son una oportunidad para seguir creciendo, para generar un cambio en nuestras vidas, para mejorar la aceptación y no permanecer desmotivados o impotentes ante estos cambios. Ante eso, es necesario poner encima de la mesa la capacidad de adaptación frente a todas estas trabas, compensando lo negativo con una actitud positiva y optimista que nos ayude a sobrellevarlo. Estoy convencido que potenciar este rasgo de la personalidad nos lleva a tener más entereza y sobreponernos a las adversidades. Estamos hablando de ser resiliente.

La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen carácter”. La resiliencia es algo que todos  podemos desarrollar a lo largo de la vida. La resiliencia nos ayuda a reestructurar nuestros recursos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo podemos ser capaces de sobreponernos a las adversidades que nos ha tocado vivir, sino que podemos ir un paso más allá y utilizar esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo nuestro potencial.

Alrededor de 1950, hace casi 70 años, el término resiliencia se comenzó a emplear para describir una cualidad propia del ser humano, que le hace capaz de superar la adversidad con eficacia. Hoy sabemos, que dicha cualidad se componen de elementos biológicos, psicológicos y sociales.

6 son los pilares sobre los que científicamente se ha demostrado que podemos construir nuestra capacidad de resiliencia:



1. La afectividad


Las conexiones afectivas que se generan desde nuestra infancia, son la base sobre la que se construye nuestra capacidad de relación, comunicación y apoyo mutuo, así como una opinión favorable de nosotros mismos, la seguridad personal y la voluntad de explorar el mundo con confianza, fundamentales para desarrollar nuestra capacidad de resiliencia.

2. La autogestión


La autogestión es clave para manejar nuestros pensamientos y emociones, analizar la información que proviene del entorno, tomar decisiones, establecer prioridades y activar los mecanismos necesarios para alcanzar las metas que nos proponemos. Para ello, necesitamos observarnos internamente y entender nuestros pensamientos, emociones y nuestra manera de interactuar con el mundo. Nos permite conocernos y desarrollar una imagen de nosotros mismos y de los recursos de los que disponemos. 

3. La autoresponsabilidad


Consiste en la comprensión de que el centro de control y respuesta frente a los acontecimientos que vivimos, no está fuera, sino en nosotros mismos. Las personas que cuentan con sentido de autonomía y un cierto control de las circunstancias, que nos estimula a tomar decisiones y acciones de manera proactiva como respuesta y a adueñarnos de los resultados de las mismas, responden con mayor coraje, resisten mejor y se enfrentan con más efectividad a las situaciones adversas, que quienes ceden el control a elementos externos, la suerte o el destino. 

4. La autoestima


No hay nada que importe más al ser humano que uno mismo. La autoestima se ve influenciado por los lazos afectivos que se crean con las personas del entorno más próximo y, a lo largo de la vida, por el feedback que uno recibe del mismo. Poco a poco el dominio de las circunstancias y el resultado efectivo de nuestras acciones van configurando un sentido de autoestima. Dependiendo de la valoración que hagamos de nosotros mismos, de nuestros pensamientos y emociones, configuraremos un sentido de autoestima más o menos positivo. Cuando la opinión que tengamos de nosotros mismos sea favorable, la capacidad de resiliencia se fortalecerá.

5. La positividad


El pensamiento positivo y una perspectiva optimista de las circunstancias es un ingrediente esencial para la resiliencia. Ello nos permite valorar con más equilibrio las ventajas o inconvenientes de las decisiones que tomamos y afrontar sin desánimo las adversidades que pueden sobrevenirnos en la vida.
Los optimistas buscarán más información acerca de un suceso y encontrarán mejores respuestas.

6. El propósito vital


Es importante manifestar un propósito a la vida, ya que la búsqueda de un sentido es lo que daba razón de ser y de vivir al ser humano. Lo intangible guía lo tangible y ofrece a las personas algo por lo que luchar y algo por lo que vivir. Y encontrar ese sentido en la vida nos proporciona seguridad y fortalece nuestra motivación para afrontar cualquier tipo de adversidad.

Por tanto, con estos pilares sobre los que se construye la resiliencia, nos sirven para explicar por qué unas personas afrontan con mayor eficacia que otras, los retos y adversidades que la vida les pone por delante. Es lo que nos haceno rendirnos cuando las cosas están difíciles, lo que nos mantiene luchando por los objetivos que nos hayamos marcado.

Joan Carles March Cerdá.
Médico especialista en Salud Pública y divulgador sanitario. Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.


Lunes, 14 de noviembre de 2022

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