Plataforma Laboral Life
Si hablamos de prevención, sin lugar a dudas la mejor herramienta es la vacunación de los trabajadores.
Me explico un poco mejor: conseguir que todos los trabajadores tengan un correcto estado de inmunización, para las enfermedades que están contempladas en los calendarios vacunales “para toda la vida”, que se actualizan para cada CC.AA. con directrices del Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad; es sin ninguna duda una de las mejores acciones, que podemos tener con la población trabajadora.
Ello redundará en una reducción muy significativa de las ausencias al trabajo por enfermedades transmisibles que se pueden evitar con un calendario debidamente actualizado.
La mejor forma para ello, es acudir al Médico Especialista en Medicina del Trabajo, quien podrá analizar según el tipo de trabajador y los riesgos de tipo infeccioso prevenibles, la adecuación de su propio calendario vacunal. A la vez que se detectan y corrigen faltas de inmunización.
Estamos en periodo post-pandémico, la pandemia se está “endemizando”, interaccionamos entre todos, hemos perdido el miedo a la COVID19, y a ello se suma una pérdida de confianza en una vacuna basada en el mRNA (Ácido Ribo-Nucleico Mensajero), que va a suponer el reconocimiento este año 2023 del Premio Nobel de Medicina a dos personas: Katalin Karikó. y Drew Weissman que llevan más de 40 años de investigación para que esta vacuna viera la luz, y que servirá para fabricar otras vacunas y para tratar alguna enfermedad no transmisible.
Este invierno será el primero que circularemos sin protección respiratoria (sin mascarilla) desde hace tres años, el frio hacina, y aumentarán las probabilidades de transmisión de virus respiratorios como es el SARS-CoV-2 y también de los virus de la Gripe.
España tiene unas tasas de vacunación, que son la “envidia” a nivel mundial, y ello se logra sin obligar a vacunarse. Ello se debe a la cultura de la vacunación que está calando como algo bueno, desde que somos niños, pero también debe calar en la edad adulta; e incluso por encima de los 65 años (ya que la población trabajadora cada vez más supera esa edad).
Debemos luchar contra las corrientes anti-vacunas, que muchas veces sin razón, tienen capacidad suficiente para hacerse notar, utilizando las RRSS. Siempre vende más, algo desastroso, por infrecuente que sea, que por ejemplo pensar en los miles de millones de vacunas basadas en mRNA puestas en esta pandemia, y las vidas que han salvado. La razón está en la evidencia científica, que es en la que nos basamos los científicos, y es la mejor manera de no equivocarse. No basta con suponer algo, hay que demostrarlo con el método científico.
Por ello, si nos preocupamos de mejorar la salud de los trabajadores con la vacunación, vamos a lograr, varias cuestiones, entre otras:
*- Mejorar su salud, valga la redundancia.
*- Disminución de faltas al trabajo por enfermedades transmisibles y prevenibles mediante vacunación.
*- Concienciación de que la vacunación es un pilar básico en cuanto a que nos vacunamos para protegernos a nosotros mismos y también a los demás.
*- Crear cultura de vacunación como norma de sanidad en la población trabajadora.
Creamos en la vacunación, que es buena en la edad trabajadora, igual que lo creemos para nuestros propios hijos, a los que no queremos que les pase nada que pueda ser prevenido. Hagamos lo mismo con los trabajadores.
Pensemos que vivimos en un país desarrollado y con gran accesibilidad a las vacunas, debemos aprovechar esas circunstancias, que no están accesibles en otros países.
Consultemos a nuestros médicos del trabajo por nuestra situación vacunal, busquemos buenas referencias.
#MeVacunoParaCuidarte debe ser el lema que nos grabemos en nuestra memoria.
Dr. José Lorenzo Bravo Grande
Médico Especialista en Medicina del Trabajo
Jefe de Servicio de PRL en Área de Salud de Salamanca
Prof. Asociado de la Universidad de Salamanca, asignatura Medicina del Trabajo