Plataforma Laboral Life

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ESTRÉS LABORAL: UNA CUESTIÓN DE EQUILIBRIO

Cuando se habla del trabajo, el estrés aparece con gran facilidad. Es comprensible, durante los años de vida adulta la mayor parte del tiempo que estamos despiertos los pasamos trabajando, hay que rendir para poder conservar el trabajo, también hay competitividad, hay jefes, clientes, innovación, el trabajo es una obligación. El trabajo tiene todos los ingredientes para ser un factor estresante de primer orden.

El estrés laboral es un problema serio y afecta a una gran cantidad de trabajadores, pero hay que repetir una y otra vez que el estrés no es una consecuencia inevitable del trabajo. No es imprescindible estar bajo presión para rendir al máximo. Trabajar con estrés no es sano, ni tan sólo productivo. Se puede trabajar a todo ritmo y estar liberado del estrés.

Miremos la lista siguiente de diferentes fuentes de fuentes de estrés que aparecen cuando se pregunta a los trabajadores qué les produce estrés:

1. Exceso de trabajo.
2. Trabajo aburrido o repetitivo
3. Trabajo muy difícil de realizar
4. Poco tiempo para el trabajo a realizar.
5. Horarios excesivos.
6. Tener que trabajar en días festivos.
7. Tener que trabajar en horarios nocturnos.
8. Ausencia de una descripción clara del trabajo a realizar.
9. Falta de reconocimiento del buen rendimiento.
10. Sueldo insuficiente
11. No tener oportunidades de exponer quejas.
12. Mucha responsabilidad pero poca autoridad y autonomía de decisiones.
13. Superiores autoritarios demasiado exigentes o poco preparados.
14. Compañeros de trabajo conflictivos
15. Subordinados que no cooperan.
16. Falta de control sobre el resultado del trabajo propio.
17. Posibilidad de que un pequeño error o falta de atención tengan consecuencias graves o catastróficas.
18. Trato con clientes o usuarios.
19. Conciliación vida familiar y laboral.
20. Inseguridad y precariedad en el lugar de trabajo
21. Ser objeto de prejuicios producto de la edad, el sexo, la raza, el origen étnico o la religión.
22. Ser objeto de amenazas, violencia o intimidación.
23. Condiciones físicas de trabajo peligrosas o adversas.
24. No tener oportunidades de desarrollar el talento y las capacidades personales.

Esta lista es muy larga, y seguro que se podrían añadir muchas otras cosas. Generalmente cuando se habla de estrés laboral se piensa en la cantidad de trabajo a hacer, en lo que se llama la demanda. Se suponen que cuanta más demanda haya, más esfuerzo se tiene que producir y por lo tanto, habrá más estrés; pero esta ecuación no es necesariamente cierta. Examinando la lista con detalle, podemos ver que además de la demanda aparecen otros aspectos del trabajo que interactúan con la cantidad y dificultad del trabajo: las relaciones humanas juegan un gran papel tanto para hacer el trabajo más estresante como para hacerlo más agradable. Por otra parte, también hay fuentes de estreses no relacionadas con trabajar mucho, sino con no obtener suficiente a cambio de esfuerzo invertido en el trabajo.

Desde hace ya varios años los expertos en estrés laboral han llegado a la conclusión que el estrés laboral no es un problema de cantidad de trabajo, de presión o de esfuerzo solamente, sino de equilibrio entre el esfuerzo que se demanda y los recursos para mantener este esfuerzo. El estrés no aparece sólo cuando hay mucha demanda, sino cuando no hay equilibrio entre demandas y recursos.

Si bien el concepto de demanda es fácil de establecer hablar de recurso puede parecer algo ambiguo, de hecho, se refiere a diferentes componentes y aspectos vamos a ver los principales:

• Autonomía: Es la capacidad para organizarse el trabajo, los horarios y la forma de trabajar y hace que las demandas se puedan absorber más fácilmente.
• Desarrollo de habilidades: Se trabaja mucho más y mejor cuando se realizan tareas en las que el trabajador se considera especialmente competente y está motivado a ir mejorando.
• Sueldo y horario. A mayor sueldo y mejores horarios se pueden asumir más demanda de trabajo
• Prestigio y valor social. Hay trabajos, como por ejemplo atender a la salud de la población, que tienen prestigio y valor social que compensa los esfuerzos de los trabajadores.
• Posibilidades de desarrollo. Si los esfuerzos son reconocidos por la empresa y se traducen en posibilidades de ascenso o mayor seguridad en el empleo los trabajadores pueden esforzarse en mejorar su rendimiento.
• Apoyo social. El rendimiento se ve favorecido en entornos de trabajo en el que los empleados cooperan entre ellos y se ayudan.
• Apoyo de la organización. Consiste en que la organización y los superiores se preocupar de dar a los empleados lo necesarios para cubrir sus necesidades y mejorar su rendimiento.
• Significado personal. Cuando el trabajo significa realización personal y es importante para la persona se pueden hacer más esfuerzos que en trabajos en los cuales la única motivación es cobrar un sueldo a final de mes.

Podemos ahora contemplar el estrés laboral con una perspectiva diferente: como el resultado de la falta de equilibrio entre recursos y demandas. Cuando el nivel de demanda que comporta el esfuerzo, la dificultad y la exigencia del trabajo no se puede afrontar con los recursos suficientes, o falta una recompensa adecuada o el esfuerzo no tiene significado para el trabajador, se produce estrés y agotamiento, tanto físico como emocional. Por otra parte, cuando el nivel de los recursos para realizar el trabajo, desde la capacidad para realizarlo hasta las recompensas recibidas y la motivación personal, llevan a la implicación laboral. El rendimiento el trabajo depende del equilibrio entre el agotamiento y la implicación, cuando el primero vence el rendimiento disminuye, cuando la implicación supera el agotamiento el rendimiento mejora.

Este equilibrio entre demandas y recursos nos muestra que se puede reducir el estrés laboral, que no es una consecuencia irremediable del trabajo. Pero este camino es largo y arduo, en los países europeos, y en muchos otros, las empresas tienen la obligación de evaluar las fuentes de estrés de sus trabajadores y poner remedio, aunque no siempre es fácil. Reducir el estrés puede pasar por descansos activos a lo largo de la jornada laboral, incluyendo ejercicio físico, meditación, estiramientos o juegos, pero lo más importante en cambiar el clima laboral, la comunicación y la organización del trabajo para ajustar demandas y recursos. No se trata de relajarse solamente, se trata de cambiar la forma de trabajar para que el trabajo tenga significado y produzca implicación, en este caso el esfuerzo no significa estrés, sino todo lo contrario.

Jordi Fernández-Castro
Grupo de Investigación en Estrés y Salud (GIES)
Universidad Autónoma de Barcelona.


Miércoles, 11 de febrero de 2021

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